Rebeca Merino
Viernes 17 de junio de 2011. Escogí este título porque fue la primera vez que vi de una manera más objetiva el entorno donde vivo (colonias Puente Blanco y Presidentes de México), noté detalles que nunca antes hubiese creído que existieran.
Aunque he de confesar que además de lo que ya mencioné, me gustó el recorrido porque fue la primera vez que guié -en este caso a mis compañeros del taller de periodismo-, al centro social de la colonia Presidentes de México. Y por supuesto, en el camino me di cuenta de la diferencia económica entre una casa y otra, y eso que estábamos en la misma colonia.
También noté el descuido en el que se encuentran las calles y las banquetas. Con respecto a las calles me refiero a los baches y al mal olor que despide el mercado; claro que eso señala otro problema: no recogen seguido la basura.
En las banquetas hay demasiadas grietas y troncos a medio cortar. Observé lo poco arreglados que están los arbustos en la mayoría de las casas, muy a diferencia de los arreglos que se observan en las viviendas con mayor economía.
Otra de las cosas que me gustó del recorrido fue conocer la biblioteca de la colonia, porque la verdad ni siquiera sabía de su existencia, y lo puedo atribuir a la poca difusión.
Ah, por cierto, tampoco sabía que los libros se organizan de acuerdo al método de Melvin Deu, o decimal; por lo que puedo concluir que la visita a la biblioteca “Melchor Ocampo” fue de lo más gratificante, a pesar del descuido en que se encuentra, como por ejemplo la pintura de la fachada y la poca variedad de libros, a pesar de tener alrededor de 30 años de haber sido fundada.
Por cierto -se me estaba olvidando-, caminando de regreso, al momento de comentar cómo estaban las calles de sucias, mi compañero Marco tiraba la envoltura de sus chicles. Además noté que mis compañeros (hombres) son muy quejumbrosos mientras caminan.
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