sábado, 15 de diciembre de 2012

No me gusta correr


Mercedes Guerra

9/Dic/012. Hoy, gracias a mi hermana –lo digo con ironía- me desperté de un sueño bien bonito porque me estaba pateando. Tras 20 minutos subió mi mamá y nos dijo que nos levantáramos porque nos íbamos a correr en derredor del Reclusorio Oriente. ¡Correr!

2010/12/correr-na-rua-ou-na-esteira-conheca-os.html
Me levanté con mucha flojera y me vestí con mucha lentitud, me tardé un montón porque no quería ir. Pasé a saludar a mis abuelitos mientras me amarraba el cabello. Bajé ya bien despierta y en eso recibí una orden de mi papá: “Ponte los tenis de la secundaria”. Renegando subí de nuevo como si mis piernas le pidieran permiso una a la otra para moverse. Bajé y le dije enojada ¡Ya! Mi papá me miró muy feo y con voz firme me dijo: “Pues qué esperas, vámonos”.

Llegamos al reclusorio y empezamos a estirarnos para luego comenzar a caminar lento. Ya calientitos comenzamos a correr, paramos al momento de dar la vuelta para esperar a mi mamá y hermana. Una vez que les vimos comenzamos la carrera nuevamente.

Para ese momento me sentía muy cansada porque han pasado varios meses que no corría, afortunadamente mi papá decidió esperarles. Llegaron y se subió a mi hermana en los hombros y así corrió, yo me fui caminando con mi mamá. Íbamos platicando cuando me preguntó con alegre sonrisa en su cara: “¿Te gustó?”, respondí tajante, enojada y molesta: No.

Nos detuvimos en un gimnasio de esos amarillos que proliferan por toda la ciudad. Estuvimos un rato mientras mis papás y yo nos ejercitábamos y mi hermana jugaba. Obvio que estábamos deshidratadas y pasamos a una tienda a comprar agua. Luego en casa desayunamos entre familia. Como era todavía de mañana no metimos a bañar para aprovechar el día porque saldríamos de casa…

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