miércoles, 8 de febrero de 2012

Bosque de Tláhuac

Heidi Fernández (Villa Cid) y Mercedes Guerra (Biblioteca Consejo Agrarista Mexicano)

Lunes 6 de febrero de 2012. Mañana muy fría y muy silenciosa en el transcurso de mi casa al punto de reunión para partir al Bosque de Tláhuac. Tal tranquilidad se debió, seguramente, al puente vacacional con motivo de un aniversario más de la promulgación de la Constitución del 5 de Febrero de 1917.
Mixcoatl matutino y vespertino,
Biblioteca Consejo Agrarista,
y Villa Cid. Foto Daniel Ávila.
En el transcurso observé mucha basura y puestos sobre la banqueta, entre ellos de periódicos y revistas, lo que ocasionó que camináramos sobre el arroyo vehicular. También observé tamaleros, paredes rayadas con aerosoles y excremento de perro.

Hacia el bosque partimos 14 personas: una de Mixcoatl vespertino, tres de la Biblioteca Consejo Agrarista Mexicano, siete de Mixcoatl matutino, la monitora, el profesor, y una de Villa Cid. Abordamos el minibús que dice Zapotitla –de regreso fue la misma ruta-, al viaje redondo costó ocho pesos.

Al llegar al bosque vimos a los trabajadores barriendo la entrada, limpieza que contrasta con las calles por donde vivo. Todo iba bien hasta que entré al baño y no había agua, ni para lavarse las manos. Pero eso sí, pagué 3.50 y me dieron mi respectivo comprobante.

Nos sentamos en el suelo de la explanada que se ubica a la entrada y nos presentamos, al tiempo de beber café que llevó el maestro –por cierto estaba muy cargado y sin azúcar. Jugamos con un plato volador (frisbee) –por cierto mi equipo ganó. De ahí buscamos un espacio adecuado para jugar futbol, niñas contra niños, y también ganamos. 

Después fuimos a sentarnos a la sombra de un árbol a la orilla del lago, para descansar y para comer. En el lago el agua se veía verde, había patos de color café, blanco y negro. Las lanchas se alquilan por 60 pesos la media hora. Por todas partes caminaban personas y jugaban entre amigos o familiares; algunos patinaban o montaban bicicleta, los niños pequeños en motocicletas eléctricas. Algunas personas caminaban junto a sus mascotas o estaban en el suelo descansando, comiendo o con la pareja.

En algún momento nos fuimos en grupo a diversos lados, algunos a montar en cuatrimoto, nos reunimos tras unos minutos. Antes de partir dimos la vuelta al bosque y pasamos a mirar la pista de hielo; al poco rato partimos rumbo al punto de partida.

Observamos mapas de ubicación, rotos o en muy mal estado pues estaban rayados, estaban grafiteados, al ver eso me dije: Esto no es un mapa. También observamos basura porque algunas personas la dejan en el suelo.

A pesar de todo lo feo, hay mucho pasto y muchísimos árboles que hacen que el lugar se vea bonito.

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