viernes, 17 de febrero de 2012

Taller de náhuatl

Rocío Merino

Luego de un mes de indecisión, en junio del año pasado inicié con las clases de náhuatl en el centro comunitario “Presidentes de México”. He de confesarles que al principio lo hice por ociosidad. Sin embargo, poco a poco el taller se convirtió en parte importante de mi vida pues cambió mi perspectiva respecto a esa lengua. Además porque quise conocer parte de la historia, el pensar y el sentir de otra cultura, la de nuestros antepasados.
theferchompirianos.blogspot.com
No sabía qué eran los topónimos, ahora sé que los usamos a diario y que en su mayoría tienen origen náhuatl. Y no sólo los topónimos, sino también expresiones coloquiales como: naco, tocayo, chante o cochino, por mencionar algunas, palabras que son parte de nuestra identidad como nación.

Si eres de las personas que dice naco a modo de insulto, sábelo que en realidad significa “ser de aquí”. En todo caso, si lo que quieres es ofender, tendrías que decir xoxo (la ‘x’ en náhuatl se pronuncia como ‘sh’)

Y si desperté tu curiosidad y quieres saber qué significa xoxo, te recomiendo el taller de náhuatl que imparte el profesor Guillermo Bravo, en la territorial Paraje San Juan.

Además, esta lengua ha trascendido nuestras fronteras y con una sola palabra en su origen, define una cosa en particular en distintas partes del mundo. Por ejemplo xocolatl (que significa amargo), cuya escritura y pronunciación es similar en español, inglés y portugués  –chocolate. En francés –chocolat. Y en idiomas como el japonés y alemán no existe mucha variante -chokoreeto y schokolade, respectivamente.


sil.org

Antes de continuar comparto el siguiente poema porque fue lo que más influyó en mí para estudiar diversos idiomas, en particular el náhuatl, amén de que mi papá trabaja en la delegación Milpa Alta, lugar donde aún hay zonas en las que se habla esta lengua indígena mexicana y siempre me es grato escuchar a la gente porque he tenido curiosidad por saber de qué hablan y cómo piensan. He aquí un fragmento del poema de Miguel León Portilla.

Cuando muere una lengua

Todo lo que hay en el mundo

Mares y ríos,

Animales y plantas,

Ni se piensan, ni se pronuncian

Con atisbos y sonidos que no existen ya.

Entonces se cierra

A todos los pueblos del mundo

Una ventana, una puerta.

Un asomarse

De modo distinto

A las cosas divinas y humanas,

A cuanto es ser y vida en la tierra. 

Aun no sé hablarlo bien, pero al menos distingo saludos, despedidas y algunas expresiones. Por todo lo anterior es que quiero seguir aprendiendo, y deseo que algún día se den la oportunidad de acudir a un taller como éste.

2 comentarios: