Foto. Daniel Ávila |
Luego
bajé y me dijo mi mamá que acomodara las ligas para peinar a Clarita, agarré
mis cosas, me despedí de mi abuelito y me salí con mi mamá y Clarita a las 8:15.
En el camino mi mamá me preguntó que si llevaba la cámara, ¡ups! me tuve que
regresar.
Una vez con mi mamá y la cámara en mi poder nos encaminamos hacia el microbús que nos llevó al Metro Constitución de 1917, llegamos a las 8:35. Alrededor de 20 minutos después llegó el maestro.
Por un
rato se la pasó dando información a nuestros padres, sólo llegaron cuatro
hombres, dos solos y dos con su esposa, las demás eran mamás. Unos 30 minutos
más tarde llegó el autobús y me senté junto a Griselda. Llegamos a la pirámide
de Cuicuilco pero no pudimos subir porque estaba restringida la subida, había
un letrero que decía que si subíamos la base piramidal se deterioraría bastante.
Al museo tampoco pudimos entrar porque los encargados no trabajaron, pero aun
así me divertí.
Foto. Operador autobús |
Foto. Daniel Ávila |
Como ya
sabíamos que no habría nada de recorrido en la pirámide, el profesor trazó el
plan B, decidió ir al Bosque de Tlalpan que se encuentra muy cerca de donde
estábamos. Una vez que llegamos al bosque nos encaminamos por una disque
cascada, me cansé un montón, pero aun así llegamos.
Foto. Daniel Ávila |
Foto. Daniel Ávila |
Una vez
abajo nos lavamos las manos en una llave donde el agua se podía tomar, según decía
un letrero. Luego fuimos a comprar pero terminamos yendo al baño. Alrededor de
las 14 horas ahora sí fuimos a comprar y ya después nos regresamos al autobús
que encaminó rumbo al mismo punto de donde partimos por la mañana, al Metro Constitución
de 1917.