skyscrapercity.com |
Miércoles 30 de mayo de 2012. Alrededor de las 10 de la
mañana, los alumnos del taller de periodismo que se imparte en el centro
comunitario Villa Cid llegaron a la estación Constitución de 1917, de la línea
8 del Metro, lugar donde comenzaría un tranquilo y placentero viaje.
Una vez en la estación observamos muchos vendedores
ambulantes; llamó nuestra atención una persona ciega, y a pesar de tanta gente
que la rodeaba nadie le ayudó en su camino, aún así, este tipo de personas ya
están acostumbradas a la actitud de la sociedad.
Al adentrarnos hacia los andenes nos dimos cuenta de que
el metro se encuentra un poco en malas condiciones y no hay rampa ni medidas de
seguridad para discapacitados. En el vagón dimos cuenta de que varias lámparas
están apagadas, los cristales y asientos están rayados. Es evidente observar
cómo los asientos reservados para ancianos, mujeres embarazadas o con niños en
brazos, y personas discapacitadas, normalmente son utilizados por hombres que
bien podrían viajar de pie. Antes la gente se avienta al entrar al vagón a fin
de ganar un asiento.
Dentro se observan persona pidiendo dinero y vendedores
de discos que te ponen la bocina en la oreja con alto volumen, lo que molesta
al pasajero
Foto. Daniel Ávila |
Parece buena medida las palancas de emergencia, así como las cámaras de vigilancia, para estar constantemente monitoreando si alguien roba, asalta o maltrata las instalaciones.
En la estación Santa Anita (línea 4) transbordamos con dirección a Martín Carrera. En esta línea no transita mucha gente, pero sí se observan muchas cámaras de vigilancia a largo de pasillos y andenes. En la ruta del transbordo observamos los monitores de aquellas cámaras, y una persona mirándolos en todo momento. Asimismo dimos cuenta de varios comercios, entre ellos un internet.
Una vez en Martín Carrera iniciamos el viaje de regreso
pues teníamos que ir a la escuela.